El amor es así

Siempre te ama,

Te ama desde ayer

Cuando el cosmos empezaba a surgir al infinito,

Con la misma locura

Esa atravesada de primavera,

Así, tal cual,

Sangrando universos

Cuando brota poesía de los ángeles de luz

Y hace de mi alma un río de luciérnagas.

Repito mil veces un poema

Y mil veces es nada,

Nada para pintarte,

Para que el mundo me entienda.

¡Cuán difícil es calcar el infinito!.

Repito, me repito,

La hoja lleva mi alma

Como un pájaro de luz el río.

Repito, y el eco es nada,

Es que llevas tantas cosas

En tus ojos infinitos.

Y mi pluma,

La tinta no basta,

Y la palabra es pequeña

Y el cielo es chico,

¿Cómo?, dime ¿cómo?

¿Cómo desgajar tu mirada?

¿Cómo escribo tu luz, tus ojos infinitos?.

Ayer un poema te ama,

Hoy,

 la letra no tiene más que tus flores,

y el futuro,

ese dichoso velero

amor, aún lleva tu nombre.

Sory amor, pero te amo,

Como un Romeo matemático y moderno,

Te amo en la ecuación de un algoritmo conjugado

Con tus 20 chips redondos o cuadrados.

Te amo entre la química de los cables cibernéticos,

En el ciber, en el super,

En el Shopping o aquel puerto,

Ese puerto USB donde guardas las memorias

Escritas con el Mouse y un teclado de mi historia.

Amo tu corazón en la alquimia virtual

Entre película y novela,

Las caritas en la pantalla :p ;)),

Y esas fotos tan sinceras.

Te amo en el Face,

Te amo en Twitter,

Más siempre beso tu blogs y lo desnudo.

Como no amarte corazón

Si hasta hay fuego en la compu mía,

Amarte así con el alma

Y esta tinta artificial enfurecida.

¡OH MY GOOD!

Si hasta hay fuego en la compu mía.

Te amo así y lo juro,

Te amo moderna

No como esos antiguos de las cavernas.

Amo tu mensajitos abreviados

Tu vos en celular

Y tus gritos archivados.

Te amo en WORD de las poesías,

Mi primavera eléctrica de noche y día.

Te amo mucho,

Te amo mía,

Más que con la luna y el mar,

Bien digital en la patria mía.

Me encanta la palabra infinito

Tu infinita alma

Tus ojos infinitos.

Me gustas infinita

y amarte infinito 

incluso aún cuando muero.

Cuantas beses te encontraría

Bajo esta vida infinita,

Tus infinitas manos, tu cuerpo infinito.

Prefiero si preguntas,

Yo prefiero lo infinito

Porque los pasos y las huellas son infinitas.

Amo tu amor

Hijo del amor infinito

Porque todo de ti es interminable.

Te amo infinita

Aleteando al cielo infinito,

En infinitas bandadas de golondrinas.

Amo tu alma, tus ojos, tu luz,

Porque todo es un torrente infinito,

Todo de ti es amor infinito.

Te escribo al infinito,

Te amo como poesía infinita

Porque a los ojos y al alma somos fénix infinito.

Suele ocurrir que la noche es blanca, tan blanca…

Y vuelan en su espacio pájaros de luz.

Suele ser aún más extensa que el infinito,

Parece ser como un sueño

Que vive y piensa

Que imagina y que siente,

Y el amor refusila

Con su mística y silencio.

A poco un beso tuyo sobrevuela mi boca

Como buceando el misterio del aire,

Y me secuestras los labios

Y dejas un sembradío de flores,

Es seda entre viento agudo.

No tengo palabras para describir el firmamento

Y esa hilada de mariposas en papiro

Que surcan como cometas mi alma.

Y yo que amaba las gaviotas

Hasta que llegaste tú

Y pusiste algo así como un cisne

Entre la gratitud de las golondrinas.

Y yo que pensaba en la muerte,

Mientras tú la borrabas con brocha,

Como tachando lo imposible.

Quien pudiera madre zambullirse

  delfín de viento a su paraíso

 ajarse  a sus manos enfermo

trasmutando en nutrida gracia

 lactarse de su cáliz corpóreo

abordar las huellas de parábolas

 nadar en ti arterias irradiadas

 sentir su paz infinita excelsa

jugar ajedrez en tu honestidad

hacer final y partida fósil.

De tu nombre edificar palacios

cúpulas de amores en inopia,

tallar de arrumacos las esencias

seguir tu ejemplo santificado

  cultivar ángeles en miserias,

 ser tu claro faro en la penumbra.

Hay un abismo fosco en el orbe

 coraza de cleptómanos obscenos

sádicos  de valores extenuados.

 Tu sello y tu estigma persisten

 acunando la falta  cual báscula.

Los años se arrugan virulentos,

 tu polen eterno arrulla justo

como hilos de bondad análogos

mientras te recuerda el júbilo

de niños saltarines en sonrisas.

Teresa transmutada de atletas

donde la gloria fulgura de paz,

mi corazón a tus zafiros versos

 vislumbra la sed de la poesía

al gemir del cosmos entre momias. 

Aquilón os envía, oh diva del seno de anfítrites,

ancila de lo arcano, astrea de cáliz eternos,

¡guay hénide, garza mía!

dadme néctar, oh, en el apacible orto del día.

¡Guay gaya natátil, ósculo de arrebol!

del ígneo vienes, cual lauro, camena mía,

avenas y manes hablan tus nombres, biformes ante cúpulas celestes,

y en el helicón al cálamo me perteneces.

¡Guay can mayor, cirro en mis artes doradas!

agora, ara mi alma hasta el recóndito encuentro

y embalsama la atmósfera de ti,

antes de permanecer cecuciente en la existencia,

absórbeme en el tifón enteo, en tu magnificencia.

Para así hender el océano de vocablos melifluos 

y ínsito de tu mélica, poseernos inmaculados para siempre.

Santa madre,

Exhalación de Dios con sonrisa de gema, así eras,

legajo y pavesa de cielo eterno, constelación de amor,

núcleo, esencia, del impoluto encuentro.

Cuantas manos mi madre, como pulpo solidario e irreprochable,

cuanta milicia de niebla venciste, solo con tus quinqués iluminados.

¡Oh madre santa, misionera de baladas para el alma!,

tú, aturdiste la pobreza hasta opacarla,

la vaciaste, la hiciste nada y miserable a tus manos de brillantes.

Madre, cuanto jardín sembraste para ello,

cuanto armamento venciste,

solo con tu aliento de corazón sedoso e indomable,

solo con tu existencia retoñando vida entre los muertos,

aquellos millonarios, muertos vivos, donde tu afincaste flores de amor.

“Madre tu eres el himno de la paz y emblema sublime del afecto infinito”.

A tus mares de luz Señor me hundo,

como un submarino de aletas y alma turbia,

y pronto, me embriaga el agua bendita, clara y transparente.

Tu tiburón de estelas me traga

y las ballestas de esperanza se ahondan en mi tórax,

comienzo en tu misa, mientras aclamo el alba,

y luego termino en tu templo infinito.

Eres de verbo y sangre, rondando en el  mundo,

Eres Biblia, y tus huesos, son como lámparas por la noche.

Tu palabra es ley, y gime como el eco en mi corazón de montañas,

y apóstol de Ti, oh Padre Santo, yo como y bebo de tus huellas,

Tú eres mi misa, mientras rezo al borde de los días,

y mientras más me sumerjo en las células de la fe,

tú cuerpo de amor,

amor puro, misericordioso y magnificente,

aún más me pule todavía.

A tus mares de luz Señor me hundo, y allí me salvas en tu aurora.

Brotas en mi alma amor,

en los susurros y los ecos del viento milonguero

cuando el cielo se vuelve garganta de magnolias sin ocaso,

y el aire, el oxígeno indescifrable

huele al manjar del más puro jazmín.

Surges, firmamento, cordón de estelas y calandrias

huracán de soles y milagros, en suave horizonte de albor.

Germinas en mí, ¡oh amor la primavera!

los pájaros dorados, la savia y el romance,

la alquimia, el arte, los olimpos de Berlín.

Floreces, y al nacer tus ojos platican poemas en mí,

entonces todo canta el lenguaje de las rosas

y la tinta tras los versos es una cascada sin fin.

Irrumpes, cuando el oráculo graba tu nombre

y la vida es una rima de equilibrios encontrados,

cuando los óleos encuadran jardines estrellados,

cuando el ambiente es de polen y las mariposas de miel,

cuando la lluvia y la tormenta también sabe a flor,

cuando la niebla gris se disipa al color.

Entonces emerges, gacela de letras en el rincón más barato,

y somos dos cisnes que se besan al alba de la luna,

dos moléculas de zafiros, una vida con luz sin equipajes

somos uno, como un amor en primavera.

El sol emana desde ti trigal

Embrujado milagro de amanecer

Quien viera pájaros mansos crecer

En la honda pintura natural.

Corazón de río dulce de panal

Azul iluminado de anochecer

Quien pudiera pescar luz y florecer

Al núcleo de un astro liberal.

Alma de verde canto bendecida

Donde gaucho amable se empalaga

En brisas de silencio misterioso.

Colón capullo de noble guarida

Que la tierra entrerriana halaga

A tus afluentes de luz amorosos.