Señorita corazón III

16.08.2017 01:20



Señorita corazón III

Señorita corazón decidme
¿dónde consigue vestirse usted de tanto amor?
Prestad su secreto a las animosas muñecas de piedra
que cambian de piel tras piel como el camaleón por conveniencia
esas que andan por ahí con perfume de aromadas espinas;
con el alma de mustia roca le siguen los ojos de las otras
las que se pintan los labios y liman sus uñas
las que se peinan en las altas peluquerías de la metrópolis
y salen con el copete levantado
quebrando sus muñecas que pesan por sus joyas
en las carteras de leopardo puede ser
que uno sea testigo de la hipótesis remota
allí quizás conserven su ya mohoso corazón
con tanta telaraña que ya no alumbra 
son las mismas que tienen la lengua de culebra
tan solo para morderle a uno, y viera usted
como dejan cuando muerden, por favor
Dios nos salve de esta hora infame del terror
donde el veneno de la rosa carnívora
carcome vuestra sangre como cicuta
¡Oh, pobre del corazón que tal calamidad sufra!
Verá, ellas son como gacelas de la sombra, salvajes
y usted, oh, qué corazón más brillante tiene usted
que la noche se sostiene en su belleza
los ojos míos ven sólo poblaciones de estrellas
cuando usted pareciera encarnar de un sueño altivo
¡gracias a Dios que me la trajo
de sueño en sueño para no partir
hacia donde empieza el olvido y concluye el alba!
Repongo las flores que se secan en el papel
cada día que usted me premia 
si la luna hablara presumo que la noche huraña 
y sus más frías toneladas de letal melancolía
huirían aturdidas a su sur para no volver,
para no volver donde su luz preciosa avanza.

Autor: Iluminado