La sombra del alma
La sombra del alma
Que crezca septiembre todo el año
durante los días que dure mi condena,
que florecidas canten sus aves sus promesas
y el amor revoque y despunte en el rocío
que barniza las rosas ennoblecidas.
No quede nada impuro, más bien jazmines y colegas
más bien el sol quebrando nubes a su color opuestas
embarazando con sus rayos de luz el día,
que se desaten los nudos de la soledad
y vibre un grillo al igual que la alegría.
Porque que no es la primavera
sino la sombra del alma misma
la sombra blanca que a su fin acostumbra
a enaltecer los altares de la creación naciente
que una calandria entre los árboles canta, su venidera profecía.
Autor: Iluminado