Pleamar de luz
Pleamar de luz
Cielo de versos, verde prado del alma mía
Vívida, desde el centro de la creación,
A sus ojos, mi bella luz encuentro
Los sueños que lisonjeros resplandecen
Aquellos que persigo hasta mi muerte
Hasta fallecer los reinos entristecidos
Que hundieron cactus y tunas malparidas
Al sagrario de mi luz
Que en refucilos palpitaba
Y en ellos refugiado, guarecer mi alma entera
Al mar radiante de sus secretos.
¡Oh, dulce dama!
En tu corazón amante,
Retales de mi corazón herido
Jugaran contigo al florecido pecho
Amor celestial de ángeles,
Y las horas, que pasajeras del viento vuelan
No serán ni fueron, humanos minutos en ella,
Todo cuanto madura fructifica a su cielo
Su cielo que son ríos de gaviotas de azules holguras,
Que en sus ojos, de aguas transparentes
Placen, milagrosas alas líricas.
En sus ojos habita un edén,
Otro mundo, olimpo de los mundos
Las purezas hablan lenguas altivas
De rima y canto, pleamar de besos
Y enamorado en magnética hermosura
A su alma luminaria que me toca
Mi sangre a témperas escribe
La obra interminable de vuestro amor.
Y beso en sus ojos totalidad de luces,
Y el aire, perfumado de encanto,
Detiene sus huellas a mis plumas doradas
Y a la luz blanquecina esplendorosa
Vuestro corazón es uno en su luz
Cantando y versando al alba del infinito.
Iluminado