Para siempre

06.07.2012 10:43

 

 

 

Había prendido la radio

y una balada de poemas nació como trenes de flechas,

gorgojos de viento, entre mar, cubierta y arena.

Las manchas del campus eran sanguijuelas  piqueteras,

ese era el paso de la historia,

 encarnado a las carnes de frágiles novelas.

Le seguías tú, antónimo, a compás de puño y letra

eras cántaro a mansalva de las aguas, eras,

ay amor, si que eras a las curvas de la vida

cintura de violines, entre silencios y corcheas,

yo, mendigaba un grano de tu alba

y te seguía en la reproducción de las sombras,

eras indudable e indiscutible embrión de cuadros,

maravillosa magnanimidad de estelas,

y me enamoraba de ti, cardumen boreal de magnolias,

me enamorabas y pronto rompí los vidrios de ese sueño,

y al morir la noche, al cerrar sus sierres

fuiste mía, ancorando las almas para siempre.