Madre mía (poesía para una madre)
Madre mía
Madre mía, tu amor es selva de lo infinito
Y complace mis ojos, entonces tuyos
Cuando en tu vientre acunaste mis alas
E hiciste de la sangre que nos une
Un milagro de tu ciencia.
Y así revivo a cada instante
sangre de tu sangre
luz de tu luz inseparable.
¡Oh madre mía, corazón que multiplica
Las lenguas de Dios en el alma!
¡oh abanico de colores
Con perfumes de esperanza!
Nadie como tú en tus palabras
En tus salmos, en tus cielos
Y en el celo de fiera que me envuelve
Ningún viento, ninguna ola
Arrastra la cumbre de los sueños
A este quieto parpadeo
Donde te siento llena de versos y auroras.
Poesía, madre mía, en carne viva
Eso y mucho más entonces eres
Cual universo que canta
Sus bellezas naturales
E ilumina con sus brújulas de luces
El horizonte correcto
Porque solo tus caminos aseguran mi viaje
En esta escuela de mentiras y verdades
En esta vida de los hombres.
Madre mía, de bellezas incomparables
Tu amor se afinca al corazón del alma
Porque nada se asemeja a tu sonrisa
Donde nacen y gravitan todos los jardines
Y se huele la felicidad al néctar de tus flores.
Iluminado