Madre
Madre
Madre, tu corazón rebalsa eterno
alumbrado en la cosecha de tu huerto
revive tu sonrisa al mismo muerto
que la vida subrayó en su cuaderno.
Eres la palabra de cielo tierno
que puede abrir paso al astro cubierto
que la gruesa tempestad tiñó yerto
de secuelas hijas de algún invierno.
Madre, signo de oro, candor de gema
de ti brota el brillante don del mundo
el verso más profundo de un fonema.
Arco iris emergen sin problema
de tu alma que derrota al iracundo
refractada luz que se forja poema.
Autor: Iluminado