Era
Era
Era, era una vez por entonces
sus ojos castaños un espejo y morada
donde yo, donde yo me miraba
y con el alma asombrada salida de escombros
cerraba los míos y un beso en sus labios chantaba.
Era un jardín donde alegres moraban
jugando entre su tostado pelo mis mariposas doradas
de su pecho florido el corazón le brotaba
terrón de miel que a ojos cerrados me hincaba.
Sus palabras fueron el arpón y la estafa
pájaro fui, encerrado en su alba
adormecido de amor, fue su pecho mi jaula.
Pero llegó la tormenta, vestía su espalda
y ella huyó hacia un lugar gris y contrario a mi calma
a las flores bonitas aplastó con su paso
fue granizo lloviendo a apedreadas
y desplumó lágrima a lágrima mi alma.
Pesar que era mi amor
y que yo a ella todo le daba
no fui para ella el imán sino un pozo que lleva a la nada
caí como un preso de guerra, rendido a sus pies, perdí la batalla
ella se fue, clavó a mi pecho una faca
y de la sangre que cayó entre la tierra ceniza
un pichón de fénix con paciencia de oro engendraba
esperando otro amor
que le vierta su beso y le done sus alas.
Autor: Iluminado