El puente

09.06.2014 19:46

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El puente

 

       Existió hace mucho tiempo, en una de las ciudades antiguas, dos fervorosos viajeros. Nada de ellos, hacía presuponer que difieran a los actuales hombres que andan heroicamente las calles de hoy.

Dos hombres que se dirigían al mismo sitio de su corazón. Dos seres en la búsqueda constante de sus sueños.

       Determinado anochecer los encontró a la orilla de un largo, muy largo puente. Ese punto del destino en que una decisión puede cambiarnos el futuro para siempre.

A la vera de dicho lugar, ardía una fogata, que se alimentaba del oxígeno que gravitaba en la atmósfera, de cuya luz emigraron las palabras:

_ Yo, el amo del destino, que todo lo ve y todo lo sabe, soy el rey de este sitio, donde todos los hombres que existen, alguna vez se topan.  Nadie más que yo, conoce este territorio desde el alfa al omega.

Los peregrinos se miraron el uno al otro admirados. Mientras la voz de trueno proseguía:

_Hoy es el momento, en que siguen por el puente o de otra manera no habrá paso.

El puente no lucía del todo seguro. Parecían haberle pasado milenios por encima, sus maderas crujían de vejes, y las cuerdas que amparaban sus ambos costados se entrecortaban en su extensión.

La voz, volvió a pronunciarse: _ no existe, ni existirá otra posibilidad o camino.  

Los dos hombres tenían la misma edad, aunque uno de ellos, con más guerras en su sendero, lucía mucho más maduro.

El primer ser humano dijo:_ ese puente solo será un pasaje a la muerte. Aquí terminaré mi transitar y viviré muchos años hasta el día en que fallezca.

Aquí es el lugar más seguro para encontrar mis sueños y vivir.

El segundo individuo, animado por su alma profirió:_ aunque es un puente extremadamente viejo, y mi vida perezca en el, lo intentaré. La luz que brilla al otro extremo, es demasiado hermosa como para ignorarla.

        Así el primer humano, levantó una carpa en la cual dormiría hasta la mañana siguiente, para luego regresar a una zona llana para afincarse. 

El segundo hombre se encaminó por el puente. Entre cada paso, el camino se iba desmoronando, por lo que sería imposible regresar al pasado.  Era tan alto, que el mirar hacia abajo causaba fobia. Los vientos que soplaban a esa altura lo abatieron, una y mil veces, pero atado a las llamas de su alma, tras cada paso, consiguió llegar a la otra punta. Allí el paraíso esplendoroso lo albergó para siempre. Allí, gracias a su fe voluptuosa disfrutó de sus sueños, y mucho más, de lo que jamás hubiera imaginado. Logró que la felicidad lo encuentre. Tan solo arriesgándose a buscarla.

El primer hombre, fue devorado por una de las fieras del bosque, la misma noche en que dormía. El temor fue su último paso hacia la muerte. Quizás si hubiera ignorado sus miedos, hoy viviría muy feliz, al otro lado del puente. Quizás si su fe hubiera sido otra, el final de su historia hubiera sido diferente. “Muchos son los caminos a tus sueños, uno solo es el correcto en tu virtud para decidir. El temor es un león, oculto en las linderas del camino incorrecto, está esperando devorarte”. Que tu decisión sea la fe, que persigue la luz verdadera al otro extremo del puente de la vida”. ¡Que la felicidad del corazón, nos encuentre erguidos y sin temor en la batalla de vivir!.

              Iluminado

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