El increíble hombre verde II
Entrañable amigo mío:
Hoy he comido un caramelo, ácido por cierto. Me ha resultado ilógico que a pesar de que usted cruzara por la misma puerta no nos hayamos topado la frente. O usted se ha vuelto invisible o yo me he vuelto ciego a parte de verde. El caso es que el hecho es secundario. Lo importante es no desviarnos de esta preocupación acuciante. Ya el caso ha pasado a manos del FBI y científicos altamente locos. Lo importante es que aún el dominio no es constante. Aunque ¡aaag! ¡aaaag! Pretende ganar pisada. Hoy he subido unos miligramos y puedo sentir el poder, por lo cual considero necesario que usted haga lo mismo. Se que el plato con alas de avión está cerca. Puedo recostarme contra la pared y escuchar el lugar exacto, dilucidar la hora precisa y sé que vendrán a buscarnos amigo. Debes estar alerta, podemos correr, cerrar puertas y ventanas, clausurar el ropero, poner trampas debajo de la cama e intentar escondernos detrás de las cortinas. Pero será imposible. Estos vienen de arriba, nos tienen rodeado y nos quieren meter en la jaula. Y lo peor de todo esto, es que no los podremos sobornar con helado. No importa que me arresten. Tú huye amigo, salta los muros sin caer arriba de las tunas, corre amigo, corre, corre mientras puedas, persigue tus sueños, sé libre y feliz mientras a mí, sólo me depare la silla eléctrica.
El increíble hombre verde