El increíble hombre verde
Apreciado amigo:
Yo también presiento que la telepatía nos comunica alguna que otra vez, no podría aseverar a lo que esto se debe en consecuencia. Muchas veces he olvidado la dosis recomendada por mi médico. Es verdad que alguno que otro gen nos une desde antes del experimento. Yo creo que lo mejor sería que encontrásemos cadenas reforzadas para sujetarnos una vez que la transformación surta su efecto, el más picante. Sé de su método y aunque me agrada, creo que colocar juguetes alrededor de la cuna sabe infantil y no nos resulta favorable. Del ensayo poco puedo asegurarle. Los tubos se han roto apenas la fórmula se ha desvanecido. Ni los chicles ni los caramelos calmarán a la bestia. Menos si el chocolate está pasado de moda y sabe a moho de la edad media. Es preciso que nos escribamos más cartas de tal asunto. Hoy he notado que las garras no han desaparecido y que el laboratorio huele a elefante encerrado. El libro secreto lo ha dicho todo, me ha defraudado largamente como amigo cercano. Esperando mejorar en lo más próximo para verle a la cara en este espejo, me despido hasta que usted despierte. Pd: Sólo existe una especie verde de solución. Querido amigo, esto nos dolerá hasta el ombligo, pero debemos combatir hasta el final esta maquiavélica alienación de astros, sin darle tregua, ¡sin sentimientos rosa! ¡Sin renunciar!
El increíble hombre verde