Días de acción y aventura
Días de acción y aventura
Desde que me dijo que podía caminar sobre el aire, supe que era un tipo cuerdo, de los más sensatos que se puede conocer en esta vida de tortugas ninjas y locos de primera clase. Era fabuloso mirar como encendía su pipa y luego de darle una pitada dibujaba en el humo naves espaciales, cosmos, universos, el paradigma de la creación estaba delante de mí y me hacía sentir un fan en primera fila. Siempre llevaba una remera de reo a rayas blancas y negras, de su cuello se abrazaba una corbata violeta que parecía haber padecido un terremoto galáctico, detestaba las medias pero sus zapatos de payazo a la moda de las vaquitas de San Antonio nada podría superarlo, eso lo juro ante el mismo Dios. Pero lo más hipnotizante era su pelo, electrizado, de lo más electrizante que he visto desde que salí al espacio exterior abandonando la cuna, donde se depositaba mi especie, para empezar así a conquistar el universo como un destacado astronauta. Me sentaba durante días y largas horas, lo que sobraba era conocimiento. Jamás me dijo su nombre, pero como yo era un letal adivino desde el primer momento sabía que se llamaba Chip, exacto, como los chips de memoria pero aún con más circuitos gravitatorios. El día de la despedida, fue el más extraordinario, me habló de los hombres y de nuestro propósito en la Tierra. El era el cerebro del plan y pudimos haberlo logrado si no fuera por esos patanes de cuarta generación que nos arrebataron el código z. Primero que nada desmintiéndolo todo. Como iba yo, con esta clase y estilo que me constituye a estar hablando con la pared. Acaso estaban locos, locos de remate como para deducir semejante chifladura. Su enfermedad no les permitía ver a los pobrecitos, Chip estaba ahí hasta que ellos lo ahuyentaron. Estaba ahí, y teníamos el plan perfecto. Pero ojos que no quieren ver, no son más que ciegos con gafas negras de marca Pichichus. Así es como terminé aquí. Algún agente secreto los habría mandado a encerrarme en esta jaula sin ventanas. Amordazado y sujeto por completo. Pero aunque quieran disminuir mi poder, ¡soy un héroe y no me detendrán! ¡Me escucharon, no me detendrán! ¡No me detendrán!
- ¿Pero qué es lo que le pasa a ese sujeto?
- Jaja. Supongo que me lo preguntas por los gritos en la habitación 7. Desde que lo trajeron piensa que es un superhéroe y de que un tal Chip de otro planeta le ha indicado un plan. Es de lo más grave que he visto en mis años de profesión.
Autor: Iluminado