Barbi mía
Barbi mía
Muñeca, cuando sonríes deshueso
el pescuezo tan solo de admirarte
limando contraste para pintarte
más profundo que los internos huesos.
Sobre cada jardín eres cual beso
lumbre de miel fogosa que al mirarte
se destilan mis ojos sobre tu arte
que se muele en mí dejándome ileso.
Barbi, que de perfecta sobrepasas
armonías inmensas de universo
conviértete en mí, luz que repasa
sin desmantelar ni un luciente verso
por donde tú tan bellamente pasas
para desechar todo lo perverso.
Autor: Iluminado