Alas
Alas
Si tus ojos me buscan
Con sus ónices de cielo
Con el alma regada de gozo
De algún lugar prohibido
Al sentido de los hombres
De seguro remediarás el rancio sabor
De aquel presente de los frutos podridos.
Serían los gusanos mariposas blancas
Volando en antiguas sequías
A un hoy presente de relucientes primaveras.
No habría llagas que opriman
Con tu corazón floreciendo el alma mía.
¡Oh tú, mis alas!
¡Oh tú, la bendita!
La de los ojos de cielo
Y el alma milagrosa,
Dadme tu amor
Para juntarlo a mis raíces
Y así distribuirnos por la luz de los infinitos.

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