Acribíllame en tu amor
Acribíllame en tu amor
¿A dónde va usted señorita
vestida enteramente de soles?
El agudo ojo que complace
es un blanco fácil de sus luminosas flechas.
¿De qué lugar tantas palabras le recitan
a sus pájaros más blancos que la misma luz?.
Yo confieso ante el Dios supremo
que ha pecado el hombre atentando contra sus ojos
ciegos aquellos que no atienden a su corazón
que apiña la inmensidad de su belleza.
Sordos los cuerpos sin alma
que no oyen mientras cruza
su insustituible música angelical.
Mancos estos huesos insensibles,
deshabitados del afecto los que no obedecen a su pintura
¿es qué no ven el arpa del amor cantando?
Susceptibles las miradas que aciertan
a la habilidad sin igual de su hermosura.
Es que lleva usted tras de sí
sonámbulas a las mariposas bellas, acosándole
inconcretas son las sombras sin voz
que intentan pellizcar su huella,
la luz le canta señorita,
la luz es su cenicienta servidora,
es que si es usted fruto de lo eterno
con su metralla de estrellas
contra el muro de los sueños,
prisionero de su estrategia
por favor, sin más filantropía, fusíleme,
mi corazón se abate cuando un fusil de su luz le acierta y entiende
que ya le ha llegado a este espíritu, su hora para amar en demasía.
Autor: Iluminado