A una niña leyendo poemas
A una niña leyendo poemas
Bella confrontación la de mis ojos
sobre tus ojos incandescentes como rayos
al ver tu corazón, casi un puente
desglosarse en infinitos
por donde van cientos de palabras
a dejar su alma en el pueblo de tu pecho inocente.
Satisfecha, tu mirada no finge el edén
más bien crea un reinado de disfrutes donde firmas
con las leyes de tu inteligencia singularmente pura
donde sobran las dulzuras más preciosas
de esas que no se venden ni se compran con todo el oro del mundo.
Así tus manos van bebiendo de las alas del libro
cubriendo sus tejidos y sus células del amor que diluvia
prolongando a Dios en la poesía de la eternidad,
que bello es ver tu belleza transformando el tiempo
dejando zafiros de agua transparente
para la sequía indomable del abismo.
Así vale la pena seguir viviendo para verte todas la veces de la eternidad.
Autor: Iluminado
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